DECLARACION FINAL - Foro Social Mundial de las Migraciones


Segunda Declaración de Rivas

Asamblea de los Movimientos Sociales

Reunida durante el

III Foro Social Mundial de las Migraciones


Hoy, cuando conmemoramos los sesenta años de la Nakba palestina, los
20 años del inicio de las muertes en el Estrecho de Gibraltar,  los 35
años del golpe militar contra el gobierno democrático de Salvador
Allende; cuando esa misma legitimidad está gravemente amenazada en
Bolivia y convoca nuestra conciencia y solidaridad, y cuando
celebramos los 60 años de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, nosotros, mujeres y hombres que somos parte de más de dos mil
movimientos y organizaciones sociales de noventa países del planeta,
nos reunimos  en Rivas Vaciamadrid (España), del 11 al 14 de
septiembre de 2008, bajo el lema

NUESTRAS VOCES, NUESTROS DERECHOS, POR UN MUNDO SIN MUROS

Nuestras Voces

Somos personas y organizaciones de migrantes, desplazados/as y
refugiados/as; víctimas del tráfico de seres humanos y la trata; somos
también movimientos y organizaciones sociales trabajando junto a
ellos; somos sujetos individuales y colectivos que, preocupados por el
hecho migratorio comprendido en su integralidad, nos hemos ocupado de
desarrollar acciones comprometidas con la transformación radical de
las condiciones en las que los seres humanos se han visto obligados a
migrar, desplazarse o refugiarse .

Nosotras, las personas migrantes, desplazadas y refugiadas y nuestras
organizaciones, nos constituimos en un nuevo sujeto político y en una
fuerza social mundial que se consolida en este III Foro Social Mundial
de las Migraciones. Por todo lo anterior y con legítimo derecho,
levantamos nuestras voces para decir:

No al creciente deterioro de las condiciones de vida que impacta a la
mayoría de las personas del planeta, en el norte como en el sur global
y que impacta de manera especial a las personas migrantes, refugiadas
y desplazadas de los diferentes continentes, y muy especialmente las
de los pueblos palestino, saharaui, colombiano, sudanés e iraquí y a
las políticas cómplices de Estados Unidos, Europa y España en
particular.

No a las migraciones forzadas de los pueblos indígenas como resultado
de la expropiación de sus tierras y de los megaproyectos
agroindustriales, que traen como consecuencia el desarraigo y la
destrucción de sus culturas.

No a las diferentes manifestaciones de racismo en contra de las
personas y comunidades migrantes en todos los continentes y
particularmente,  en contra de las personas de Africa Negra y la
comunidad latina en los Estados Unidos

No a la reproducción y el fortalecimiento de un sistema patriarcal
que, en el contexto de la feminización de las migraciones, profundiza
aun más la asimetría de género ya existentes, y se traduce en la
continuidad de la ubicación de la mujer en trabajos relacionados al
ámbito privado y al cuidado de otros, en condiciones de esclavitud.

No a los proyectos que estigmatizan, segmentan y excluyen a las
personas migrantes y sus familias y deterioran el tejido social
comunitario y organizativo. Rechazamos la pretensión de transformar
las remesas en sustituto de políticas estatales de desarrollo en los
países de origen y en refuerzo al circuito financiero del capital,
ampliando aún más las  históricas asimetrías sociales, políticas,
económicas y culturales.

No al discurso mediático convencional que desde los estereotipos,
refuerza la criminalización  y la  victimización de las personas
migrantes como discurso hegemónico;  a la xenofobia, la discriminación
y el racismo que se propaga desde ellos y que acrecienta esas
conductas y prácticas en las sociedades y países de tránsito y destino
de personas migrantes.

No a la globalización capitalista, neoliberal, concentradora y
excluyente, depredadora del ser humano y de la naturaleza y que en su
conjunto representa la causa fundamental de las migraciones
contemporáneas.

Nuestros Derechos

Somos sujetos que nos hacemos cargo de procesos; analizamos e
interpretamos la compleja realidad del hecho migratorio, desde el
lugar del ser humano, su dignidad y la integralidad de nuestros
derechos humanos; imaginamos y ponemos en marcha iniciativas múltiples
y diversas y apostamos por nuestro protagonismo histórico, por la
construcción de otra realidad:

En las condiciones actuales del capitalismo mundial, las personas
migrantes somos una muestra evidente de las desigualdades económicas y
sociales entre los países y dentro de los países. Situación que se
profundiza por la sincronía de una crisis mundial, multidimensional:
económica, ambiental, alimentaria y energética.

La construcción de muros geográficos, políticos, legales y culturales,
como la directiva europea de "la vergüenza", y otras leyes públicas y
disposiciones oficiales similares, son una estrategia criminalizante
que, en aras de la mayor rentabilidad del capital internacional,
elimina todos los derechos humanos. Para ello se recurre, además, a la
externalización de fronteras, la internalización  mental a través de
la persecución, el hostigamiento y las deportaciones; las detenciones
arbitrarias, la impunidad policial fronteriza y los centros de
internamiento, donde la violación de los derechos humanos es cotidiana

Insistimos en que los acuerdos laborales bilaterales y regionales
inspirados en el modelo filipino de programas temporales de
trabajadores huésped que, al impedir el arraigo, anula cualquier
posibilidad de reivindicar sus derechos, propiciando la
sobreexplotación y deshumanización de las personas trabajadoras,
cumplan plenamente con las obligaciones establecidas en los convenios
97 y 143 de la OIT; sin lo cual se profundiza el deterioro integral
del Trabajo Humano, con pérdida de su valor salarial, social y
jurídico, convirtiendo a las personas migrantes en mercancías.

Afirmamos la necesidad de defender, reivindicar, extender, frente al
trabajo forzado, esclavo y precario, el trabajo digno para una vida
digna, que integre libertad, igualdad de trato y contraprestaciones
negociadas adecuadas para todas las personas trabajadoras.

Valoramos las iniciativas de economía solidaria que fortalecen el
tejido asociativo y contribuyen a procesos de economía social y
desarrollo integral de las personas. Rechazamos su utilización como
instrumento para negar el derecho a migrar.

Promovemos la ciudadanía universal y ratificamos el derecho de las
personas a la libre movilidad como establece la Declaración Universal
de los Derechos Humanos.

Por un mundo sin muros

Un mundo sin muros es una condición esencial para construir otro mundo
posible; el cumplimiento pleno de los artículos 13 y 14 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos es una exigencia  y nos
compromete a continuar en nuestra lucha por los derechos de todas las
personas migrantes.

Por ello exigimos:

la firma, ratificación y puesta en práctica de la Convención
Internacional sobre los Derechos Humanos de los Trabajadores
Migratorios y sus Familias por parte de los Estados que no lo han
hecho.  Saludamos a los Estados que la han ratificado y demandamos
adecuen su marco normativo nacional a las exigencias de la Convención.
Saludamos  el compromiso por parte de los gobiernos municipales
iniciado por el gobierno de Rivas Vaciamadrid de trabajar en la
campaña a favor de la ratificación.

el establecimiento de un mandato o procedimiento especial dentro del
sistema de la ONU para suplir los vacíos en los instrumentos
existentes de protección de las personas migrantes, CMW (Comité de
Trabajadores Migratorios), relator especial, ACNUR y el representante
especial para las personas desplazadas internas.

la derogación  de la directiva de retorno de la UE, así como de todos
los instrumentos legales que permiten la detención de migrantes en el
mundo; el desmantelamiento del Frontex y de todos los dispositivos
policiales y militares que securitizan las políticas migratorias y la
fiscalización por parte de organizaciones sociales de los centros de
internamiento, hasta su cierre definitivo.

que las fronteras del mundo dejen de ser espacios de impunidad en los
que las personas migrantes son objeto de todo tipo de violaciones,
crímenes y obligados a asumir riesgos que ponen en peligro su vida.
Demandamos que los países de origen, tránsito y destino, asuman su
responsabilidad para revertir esta situación.

la regularización de todas las personas migrantes sin papeles en todo el mundo.

el reconocimiento de otras formas de persecución y la ampliación
jurídica de las causas que se reconocen como asilo, refugio y trata de
personas, garantizando que las solicitudes y los procedimientos
cumplan con todo lo que prevé la ley y centren los derechos humanos de
estos colectivos. Igualmente, demandamos el cumplimiento de las
condiciones que el Derecho Internacional exige para el retorno de los
refugiados.

la denuncia de todos aquellos convenios de expulsión, generalmente
impuestos a los Estados de origen o tránsito,  que a menudo conllevan
graves violaciones de los derechos, ruptura familiar, represalias de
las autoridades del país de origen y un grave desarraigo de las
personas migrantes.

la anulación de los acuerdos y claúsulas de re-admisión y el cese de
toda negociación de acuerdos de este tipo entre la Unión Europea y los
países terceros y entre los países terceros.

la promoción de las personas y comunidades migrantes para que se
organicen, se rebelen, denuncien toda forma de dominación y
explotación y hagan valer sus derechos, fortaleciendo sus
organizaciones y las redes de apoyo mutuo.

el cumplimiento de la legislación internacional que garantiza la
protección adecuada de los niños y niñas que son parte importante de
los flujos migratorios internacionales.

la incorporación en nuestras luchas de la reivindicación de una
justicia medio ambiental y el reconocimiento y protección jurídica de
los refugiados que provoca el cambio climático y la destrucción del
medio ambiente, urgiendo un nuevo orden mundial que promueva la
dignidad humana de todas las personas, en sintonía con las
potencialidades de nuestro planeta tierra.

la aplicación de políticas encaminadas a garantizar la igualdad de
oportunidades profundizando mecanismos de inclusión que no dependan de
la situación administrativa de las personas migrantes; de políticas
que integren, en los servicios públicos,  la diversidad cultural de
las personas migrantes en los servicios públicos; de políticas a largo
plazo para la integración de los jóvenes y para el avance en la
equiparación de derechos para los colectivos migrantes de LGTB y sus
familias.

el derecho al voto en el ámbito municipal y la participación activa en
la definición de los planes locales de desarrollo y el respeto a la
autonomía de las organizaciones y movimientos sociales, de tal manera
que el ejercicio pleno de la ciudadanía de las personas migrantes sea
efectivo.

la participación política del migrante para incidir, tanto  en la
política interna como en la política externa, de un país de llegada, a
favor de su país de origen, visibilizando los beneficios que las
personas migrantes traen, constituyéndose en sujetos activos.

la continuación del proceso de redacción colectiva de la Carta de los
Migrantes así como la de todos aquellos procesos e iniciativas que
signifiquen el fortalecimiento de la defensa de los derechos de las
personas migrantes.

la multiplicación y fortalecimiento de medios de comunicación
democráticos, incluyentes que, desde las voces de las personas y
comunidades migrantes, reflejen adecuadamente la complejidad de la
migración.

Queremos recuperar la dimensión del sujeto humano, de la dignidad
humana evitando que la lógica mercantil  afecte nuestra relación como
movimientos sociales. Asumir que nuestra identidad como migrantes,
refugiados y desplazados no niega nuestras otras múltiples identidades
y luchas.

Migrar no es un delito, delito son las causas que originan las
migración. Levantemos nuestras voces, defendamos nuestros derechos,
luchemos juntos por construir un mundo sin muros.

Rivas Vaciamadrid, septiembre 13 de 2008


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